(presentía tu huracanada ausencia el reporte meteorológico)

bajo el pino

de tus estudiados versos

canto violeta

por si tu silencio me acompañase

mejor que la voz

y la ceguera que nos guio

cuando prometimos no rozarnos

las heridas al acostarnos

cubiertos de nada en excesos de tiempo


(presentía tu huracanada ausencia el reporte meteorológico)


ahora el aire nos arroja como siempre lo hizo

lejos, hondo, dispersos

s i g o b u s c a n d o e s c r i b i r t e m e j o r e s p a l a b r a s

porque el olvido no es

ahora remedio de añoranza

ni brea pegajosa para quitarle

vida al agua, como si todo

fuera la tierra girada

del día que llega


como ingrávidas pompas de jabón

que el pulgar de la noche reventó

con tus ojos de fuego,

tu miedo al cernícalo,

y mis manos de nada.

ahora, nada


fenómeno atmosférico que se repite y se repite y se repite

cuando existe la presencia

cuando existe la presencia

y escapo la psicosis

en la mirada que constituye

mi más cierta muerte

se cataliza el arte

Artes gráficas propias

en este cataclismo de personajes

prevaricamos lo invisible

bajo el velo del entretenimiento

de nuestros fantasmas que esperan

bailando sobre las tumbas

solo para reposar

en tu cuerpo

como quien ensambla

nuevamente sus huesos

en ese mar abierto

que el hecho real acoge

en el lecho silábico

de esta pantomima

de lo arcaico

que tras el tiempo nos queda

cuando cruzamos

el imaginario

y te sientas a mi lado

como la brisa de un Céfiro

en su flor exacta

olor a tierra mojada

desprendida de

su sueño de pirámides y estrellas

re       nom   bra     das

un espacio

a conveniencia

llena de palabras

[en blanco]

y soplos de viento

o el movimiento

de nuestros dados

sonrisa danza que te ofrezco

para que creas que

cada que salto

(estoy cayendo)

cual abismo

que desde su cúpula te ha mirado

con flores en los ojos

y raíces en la lengua

para besar sus párpados pesados

hasta que el sueño te me arrebate

como el verbo al vacío

y la poesía que no quiero

atrapar entre mis manos

para dejarla ser ruido

si tú y yo

extendemos

                                       los brazos:

la confabulación de un momento

en nuestros oídos

Hohlraum o la búsqueda de pares artificiales

La angustia, dice,

es la única emoción verdadera;

llena así el vacío

del héroe y su tumba excavada.


No se sabe si alguna vez bailó,

pero en esta cavidad cabemos los dos

por el tiempo ilimitado

que entierran los grillos

en el espacio donde no cavamos más

la luna de borde amarillo en el Cusco

de la noche de naranja circunferencia,

a la cual le proferí tu luz,

y el centro innegablemente blanco,

a la cual le otorgué tu ceguera paliativa

para nublar nuestros conceptos del amor.

Artes gráficas propias

La nada atrapada en nuestras palabras,

solo por el gusto de coleccionar signos,

ha sido escrito en la lengua que murió tus labios.

rosa de los vientos

naufraga el amor de la Medusa

encalla la muerte en otras tierras

(y tira todas esas anclas

des/cor/dadas

por la borda)

la Stultifera Navis finalmente choca

con la rosa

su viento

y aroma

izo una pequeña vela
        (cierta esperanza)
y alientas de a tres la llama
           (en algún horizonte)

La balsa de la Medusa / La nave de los locos

Le Radeau de la Méduse (La balsa de la Medusa) – Théodore Géricault

Ilustración para Das Narrenschiff (Stultifera navis/La nave de los locos) de Sebastian Brant – Albrecht Dürer