(presentía tu huracanada ausencia el reporte meteorológico)

bajo el pino

de tus estudiados versos

canto violeta

por si tu silencio me acompañase

mejor que la voz

y la ceguera que nos guio

cuando prometimos no rozarnos

las heridas al acostarnos

cubiertos de nada en excesos de tiempo


(presentía tu huracanada ausencia el reporte meteorológico)


ahora el aire nos arroja como siempre lo hizo

lejos, hondo, dispersos

s i g o b u s c a n d o e s c r i b i r t e m e j o r e s p a l a b r a s

porque el olvido no es

ahora remedio de añoranza

ni brea pegajosa para quitarle

vida al agua, como si todo

fuera la tierra girada

del día que llega


como ingrávidas pompas de jabón

que el pulgar de la noche reventó

con tus ojos de fuego,

tu miedo al cernícalo,

y mis manos de nada.

ahora, nada


fenómeno atmosférico que se repite y se repite y se repite

a destiempo

la luciérnaga nocturna desciende con el antojo dormido,

resplandeciendo en la ausencia de sus horas 

12 pelusas ultravioletas sobrevuelan esa inercia

y una más que arranca el habla de las lenguas

oscilando los mutismos de la historia,

se estremece la gramática

(sustantivos en colores

verbos en dolores

el Sujeto en sabores)

que brota diminuto de la papila profunda

arrastrándose por la lengua de paladar extasiado 

vestido con pétalos, escapa de los labios

dejando caer sus plumas

en mis manos

explorador, palabra y espada,

vestigio en la cúspide del abismo

cumplido el pacto,

fatídicamente a mano,

parte al ritmo de un vals

(1, 2, 3, 1, 2-

La aguja se atasca en la herida rebobinada)

Texto e ilustraciones propias

2/3: deconstruido el espacio se revela el destiempo, recompuesto el destiempo se despiden las horas